CLARICE LISPECTOR
Entonces escribir es el modo de quien tiene a la palabra como carnada: la palabra pescando lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra -la entreínea- muerde la carnada, alguna cosa ha sido escrita. Una vez que se pescó la entrelínea, se podría con alivio desechar la palabra. Pero ahí cesa la analogía: la no-palabra, al morder la carnada, la incorporó. Lo que salva entonces es escribir distraídamente.
No quiero tener la terrible limitación de quien vive sólo lo que es pasible de tener sentido. Yo no: lo que quiero es una verdad inventada.
(Fragmentos de AGUA VIVA. Traducción y prólogo de Florencia Garramuño. el cuenco de plata)
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